

Eugenia RodrÃguez
Cada persona tiene su historia. Yo le comparto la mÃa para que tenga idea de dónde viene mi yoga y por si acaso encuentra algunos elementos con los cuales puedan resonar.
Siempre fui buena estudiante, pero un poco indecisa sobre el camino que debÃa tomar. Asà que por un tiempo elegà caminos que me conectaran con otras culturas. Estudié Francés en la UCR, y esta carrera me llevó a vivir en Francia y en Inglaterra un año en cada paÃs. Al volver a Costa Rica, el camino me llevó por el lado de la educación primaria y secundaria, la cual disfruté mucho por 10 años.
El año 2008, fue el año que agrietó la cáscara. Tuve una serie de pérdidas, y la más importante de ellas me llevó a descubrir que somos luz. Mi hermano David, de 33 años, fue asesinado en un asalto, en un tiempo en que este paÃs sufrÃa enormemente de la inseguridad ciudadana, solo uno más de los sÃntomas de una sociedad y humanidad desconectadas. Mi hermano mayor me mostró que somos luz y me ofreció un gran regalo. El dÃa de su muerte me senté en su cuarto a llorarlo y a sentirme culpable por lo que fui y lo que no fui con él. Con los ojos cerrados, inundados de lágrimas, sentà una gran luz, blanca, brillante, hermosa, de amor. Sentà su presencia, pero su personalidad tÃmida se habÃa desvanecido. Los eventos del pasado no contaban. No habÃa juicios. Todo eso se fue con su cuerpo fÃsico. Solo 6 años después entendÃ, que él me estaba ofreciendo una existencia de liberación de esas cadenas que él ya no era. Me estaba ofreciendo el camino de descubrir nuestro verdadero Ser, ese Ser de luz, amor y absoluta presencia.
De las palabras de consuelo que me ofrecieron, las que más me resonaron fueron: "Haga yoga". Y comencé mi práctica. He encontrado muchos maestros y maestras que me han ofrecido con mucha generosidad sus conocimientos y su luz. Ha sido un camino por el que he soltado numerosas creencias, emociones y heridas viejas. También solté la idea que yo tenÃa sobre mi propia vida, y renuncié a mi trabajo de maestra entre otras cosas. Las personas con las que me encuentro me enseñan valiosas lecciones y me sigo sanando al compartir lo que me va llegando dÃa a dÃa.
Vivo profundamente agradecida con los maestros de Yoga Lamat, donde hice un entrenamiento que me enseñó a dar clases con el corazón. También hice un entrenamiento de Yoga para Niños en Estados Unidos, para seguir conectada con un grupo de edad con el que siempre quisiera seguir trabajando. En el Instituto Satyoga he encontrado muchas respuestas sabias sobre filosofÃas tanto de Occidente como de Oriente y sobre este camino del despertar. La Escuela Española Transpersonal me ha abierto una nueva vÃa para despertar por medio de la PsicologÃa Transpersonal y las herramientas que ofrece para explorar el inconsciente.
Costa Rica es un paÃs privilegiado donde confluyen personas de diferentes partes del mundo con un llamado muy poderoso a reconectar con la Unidad que ya somos. Nuestros encuentros nos abren puertas a la conciencia y potencian la luz. Estamos despertando, el planeta Tierra y la vida en ella lo necesitan. La Revolución que está sucediendo no es material, es una Revolución de la Conciencia que nos trae libertad y felicidad a todos los seres. Es mi firme creencia y convicción del corazón. Este es mi yoga.